2007: el año de la estabilidad sensible y fluctuante
En estas fechas se están cumpliendo justo once años desde que conocí por primera vez la numerología, y es un agrado para mí compartir con ustedes la belleza y la sabiduría que nos brinda.
Además, me reclamaron bastante porque en la agenda no incluimos la numerología del 2007, así que aquí va.
Más que un oráculo y más que un método anticipatorio, la numerología tántrica ofrece un completo sistema para comprender al ser humano y su paso por esta tierra. Todas las coordenadas están claramente organizadas en torno a los números, sin por eso perderse la profundidad y a veces la complejidad de la información que nos entrega.
Este 2007 es especialmente fértil para profundizar temas de estudio que a uno le interesen, y alcanzar nuevas dimensiones de comprensión e integración. Les ofrezco una mirada de la numerología con una perspectiva más bien psicológica, que pone el énfasis en los procesos internos que más probablemente surgirán este año.
Palabras claves de esta año serán: auto conocimiento, estabilidad, sensibilidad.
Este año será básico y fundamental situarse en contexto. Esta será la manera de no caer en confusión ni duda. Es por el contexto que las cosas cobran significado, y , por lo tanto, la claridad mental que tanto se hará necesaria este año tendrá un apoyo importante en no olvidar nunca el cuadro macro: somos seres espirituales teniendo una experiencia espiritual, estamos en plena transición a la era de acuario, y la conciencia planetaria está sufriendo transformaciones a las cuales nos vamos a tener que adaptar.
Con esto en mente, y recordando que la transición a la era de acuario comenzó en 1991 y concluye el 2012, estamos ya de lleno en el tercer ciclo de 7 años que desemboca en la nueva conciencia. Entonces podríamos decir que si el 2006 tuvimos que entrenar la fé y la confianza a prueba de todo, este año se trata de afinar la percepción, desarrollar el sistema auto sensorial, entrenarlo y aprender a manejarlo y separarlo del ego.
Este año está marcado por el 7 y el 9, dos de los números más sensibles de la numerología, por lo que tendremos acceso privilegiado a reconocer y entender nuestras tendencias, nuestro karma, nuestras virtudes, y el margen que nos permite llevar ese potencial hacia nuestro más alto destino. También veremos nuestras falencias, dolores, carencias y auto limitaciones. En realidad este año se puede ver todo. Y la oportunidad será vasta. Pero la opción de desconectarse, dudar de lo que percibimos, o confundir las cosas será el modo de sacarle el poto a la jeringa cuando nos sintamos sobrepasados.
Así mismo, la tendencia a proyectar y ver los errores en otros será inminente. La virtud del 7 es la misericordia, que es una forma de decir compasión, o la capacidad de ponerse en el lugar de otro. Para no caer en la polarización de pensar “yo no soy como tú”, o “yo soy mejor que tú” es importante recordar siempre que todo lo que vemos en los demás es un reflejo de algo propio, ya sea algo positivo o negativo. Cada vez que nos sintamos superiores o juzgando, recordemos que este año nos va a mostrar quienes somos todo el rato, y que se trata de eso, de nosotros mismos, nada más.
Esto se potencia además con la tendencia soberbia del 9, que porque escuchó comentar algo en la calle cree que ya sabe todo. Antídoto para estas tendencias a la arrogancia y el desdén, ser constantes y no escatimar en tiempo para meditar y cultivar la paz interior. Esto puede darte la claridad mental necesaria para reconocer que es mi mente subconsciente la que se pelea conmigo, y los otros solamente me lo muestran. La mejor forma de meditar este año: cantando. Incluso aunque no estés meditando, cantar será siempre una ayuda.
Además, estaremos tan sensibles a todo lo que sucede a nuestro alrededor, así también como a nuestras sensaciones y percepciones, que este año más que otros se hará indispensable establecer una disciplina que permita el recogimiento. De esta manera, se asegura el espacio para poder procesar todo lo que estamos sintiendo y percibiendo. No habrá mejor inversión para tu tiempo y energía que dedicar un espacio regular, y un tiempo considerable, una o dos horas, a estar a solas contigo mismo conociéndote y aceptándote tal como eres.
Como parte del auto conocimiento que se abrirá este año está también el conocer tus propios ciclos y fluctuaciones. La energía va a subir y bajar, y será una maestría el lograr manejar esto, fluir con ella sin perder la estabilidad. Es muy probable que tu mente se bambolee y a veces parece que te deprimes totalmente, y a veces parece que la euforia note deja parar. Todo esto tiene que ser conocido para aprender a manejarlo y hacer así la distinción entre nuestra mente y nuestro ser interior.
En las profundidades insondables del ser, es fácil perderse. Divagar, enrollarse, fantasear, dispersarse y perder el foco. Para que esto no suceda, es bueno tener objetivos claros y nuevamente ser disciplinado, responsable con lo que uno se propone, terminar lo que uno empieza y no saltarse pasos del proceso, tener paciencia. Será un desafío el no perder de vista los detalles sin ponerse quisquilloso. Una manera también de armonizar y no perder el cable a tierra es pasar tiempo al aire libre, en contacto con la naturaleza, sintiendo el aire, el sol, la lluvia. Una práctica muy adecuada en ese sentido podría ser el cuidar de un jardín.
El contacto con la naturaleza también facilita el que conectemos con nuestros propios ritmos. Ritmos de todo tipo, por ejemplo, la velocidad con que nos proponemos hacer cosas, la urgencia que nos producen los procesos, así como la influencia que tiene la luna, las estaciones del año, etc. Así también la cantidad de tiempo que nos damos para descansar, compartir con otras personas, y estar solos. Todo esto se volverá un tema: el manejo del tiempo y la importancia de no transgredirse en relación a los propios ritmos. Este año debe quedar establecido el auto respeto de cada uno por sí mismo.
El propósito de este año es conocernos, aceptarnos, reconocer nuestra enorme belleza, cuidarla constantemente siendo meticulosos y disciplinados, para fundar nuestro auto respeto de acuerdo a la sensibilidad de nuestra alma. Entonces podremos impactar en nuestros entornos con una luz en la que puedan ampararse y sanarse nuestros semejantes. Una luz que emana del respetarse y valorarse sin necesidad de apoyarnos en lo que el “otro no hace” o en lo que “el otro no es”, sino en un conocimiento honesto y vivo, real, de cómo Dios me hizo ser.
No hay que urgirse, tenemos todo el año.