
Sólo un corazón sencillo vibra con Dios mano a mano. Sólo un corazón sencillo canta con Dios con profunda armonía. Para llegar a este punto tendrás que encontrar tu corazón, tu propia vibración, tu propio latido.
La experiencia de reposar en el corazón mientras meditas, no es algo que se pueda buscar o forzar. Viene con naturalidad, a medida que crecemos más y más en armonía con los ritmos de nuestros propios silencios interiores.