Amaré
Amaré al sol porque me calienta los huesos, pero también amaré la lluvia pues purifica el espíritu.
Amaré la luz porque me alumbra el camino, pero también amaré la oscuridad pues me muestra las estrellas.
Amaré la felicidad porque engrandece mi corazón, pero también amaré la tristeza porque descubre mi alma.
Amaré la recompensa porque constituye mi pago,
pero también amaré los obstáculos pues son
para mí un desafío.
Saludaré este día con amor en mi corazón.
Elogiaré a mis enemigos y se convertirán en amigos míos.
Elogiaré a mis amigos y se convertirán en hermanos.
Amaré al que tiene ambiciones, porque podrá inspirarme.
Amaré al fracasado, porque podrá enseñarme.
Amaré al rey y al presidente, pues son solamente hermanos.
Amaré a los ricos porque sufren de soledad y amaré a los pobres porque son tantos.
Amaré a los jóvenes por la fe a que se aferran y a los ancianos por la sabiduría que comparten.
Amaré a los hermosos por sus ojos de tristeza y amaré a los feos por sus almas saturadas de paz.
Y principalmente me amaré a mí mismo, pues cuando lo hago, vigilo celosamente todo lo que entre en mi mente, mi alma, mi corazón y mi cuerpo.
