
Cuando perdonas verdaderamente recuperas el poder que habias cedido a tu mente.La naturaleza de la mente es no perdonar, del mismo modo que el falso yo creado por la mente, el EGO, necesita luchas y conflictos para sobrevivir. La mente no puede perdonar. Solo Tú puedes. Te instalas en la presencia, aqui y ahora, entras en tu cuerpo y sientes la vibrante paz y quietud que emana del Ser. Por eso Jesús dijo: "Antes de entrar al templo, perdona".
Perdonar es renunciar al dolor, soltar la pena. Es algo que ocurre de manera natural cuando te das cuenta de que tu dolor no sirve a otro propósito que el de fortalecer un falso sentido de identidad. Perdonar es no ofrecer resistencia a la vida, permitir que la vida viva através de ti. Las alternativas son el dolor y el sufrimiento, un flujo de energía de vida mas reducido y en muchos casos, la enfermedad física.
Por tanto dedica tu atención a sentir la emoción y comprueba si tu mente se está aferrando a algún patrón de dolor -culpabilidad,autocompasión o resentimiento- para alimentarla. Si este es tu caso, significa que no has perdonado. Puedes haberte negado el perdón o haberselo negado a otra persona, pero tambien a una situación o condición -presente, pasada o futura- que tu mente se niega a aceptar.
Del libro "El poder del ahora"